Vino y se fue
El desafío: generar la atmósfera onírica que define a la historia y, a la vez, desarrollar una caracterización sonora única y con personalidad para el gato protagonista.
La solución de Bunker Lunar: Construimos el ambiente de ensueño con capas de texturas abstractas y procesadas. La expresividad cómica fue aportada por la voz de Virginia para el gato y la niña, mientras que el foley detallado dio vida a cada una de sus acciones.
El resultado: El sonido trascendió su rol de acompañamiento para convertirse en un elemento narrativo fundamental, agregando una capa de significado que potenció activamente el universo visual del cortometraje.


Colaboraciones
Nos enorgullece trabajar con diversos artistas y marcas, fusionando ideas para generar propuestas sonoras que destacan en el panorama actual del diseño y la música.


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